De este proyecto participan además investigadores del Instituto de Agrobiotecnología del Litoral de la  Facultad de Bioquímica y Ciencias Biológicas (UNL), y colaborarán investigadores de la Planta Piloto de Ingeniería Química  de la Universidad Nacional del Sur y de la Universidad Federal do Paraná (Brasil). El proyecto fue presentado en la convocatoria  CONICET-Fundación YPF a Proyectos de Investigación Orientados (PIO) y  quedó seleccionado junto con otros 11 a nivel nacional.  Recibirá un financiamiento de $500.000, a ejecutar en dos años.


Acerca del proyecto

El aceite vegetal se extrae de semillas como ser de girasol, maíz, soja, etc. De ellas se obtiene un aceite crudo que debe ser refinado para ser utilizado en alimentación humana,  ya que contiene una serie de impurezas que no lo hacen adecuado  para el consumo directo. El proceso de refinado consta de varias etapas y si bien  produce pérdida de algunos nutrientes, disminuye el riesgo de enranciamiento y mejora los caracteres organolépticos. Una de las etapas de este proceso se denomina desgomado y tiene por objetivo eliminar  los fosfátidos y glicolípidos. “El desgomado genera un producto residual  y nuestro proyecto está orientado justamente  a aprovechar dicho residuo, sometiéndolo a un tratamiento con enzimas recombinantes, para conseguir una materia prima adecuada para generar diferentes productos, uno de ellos, los biocombustibles.  El tratamiento propuesto en este proyecto no degrada el resto de los componentes de este residuo (como la lecitina), ni genera efluentes complejos de manejar”; comentó el Dr. Querini.

El proyecto contempla también trabajar en aspectos específicos de la calidad del biodiesel, como disminuir el contenido de impurezas insolubles y el contenido de sodio y potasio. “Esto permitiría utilizar el biodiesel
en centrales de generación de energía, que tienen un requerimiento 10 veces más exigente de calidad en estos parámetros, que lo que requiere el uso automotor”, aseguró el docente-investigador de la Facultad.

La novedad de la propuesta

Actualmente el aprovechamiento de los residuos del desgomado se hace  tratándolo con ácidos fuertes, como el sulfúrico, para generar así una mezcla de ácidos grasos que luego es utilizada en distintas aplicaciones. “Con ese procedimiento, el residuo generado es altamente degradado y constituye un efluente que requiere tratamientos. Ambos inconvenientes son solucionados al realizar el tratamiento enzimático ”, concluyó Querini.

Prensa FIQ