Suman servicios tecnológicos para mejorar la producción agroalimentaria y agroindustrial
Una iniciativa conjunta entre el Programa de Investigación y Análisis de Residuos y Contaminantes Químicos -PRINARC- y el Laboratorio de Microbiología, ambos de la Facultad de Ingeniería Química, se propone introducir mejoras de calidad y sostenibilidad de la producción agroalimentaria y agroindustrial. El proyecto fue presentado en la convocatoria: “Aportes no reembolsables para el financiamiento de proyectos de fortalecimiento de las capacidades para la prestación de servicios tecnológicos”, FIN-SET 2013, de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica, a través de la cual recibirán financiamiento por un monto de 4.008.171 millones de pesos.
El proyecto, que tendrá una duración de 2 años, incorpora mejoras en calidad, sostenibilidad y competitividad de la producción, y se proyecta que tendrá resultados con un efecto potenciador en el crecimiento económico regional. Asimismo, el proyecto contribuirá a mejorar las posibilidades exportadoras de las pymes agroalimentarias y agroindustriales. De este modo, se busca promover la prestación de nuevos servicios tecnológicos y/o mejorar los existentes tendiendo a lograr estándares de calidad para poder contribuir con la innovación y el desarrollo a nivel regional y nacional.
El equipo que lidera este proyecto está conformado por Horacio Beldoménico -director del Proyecto-, y los docentes-investigadores de FIQ: Juan Carlos Basílico, Mirna Sigrist, María de la Luz Zapata de Basílico, María Rosa Repetti, Silvia García, Darío Campagnoli, Laura Frisón, Juan José de Jesús y Carolina Chiericatti.
En este recorrido, el proyecto ha contado con el respaldo de la Facultad y el CETRI – Litoral, y recibieron notas de apoyo de importantes empresas productoras de agro-alimentos de la región, asociaciones de productores y científicos del exterior.
Brindar respuestas a la industria
Los investigadores focalizaron el proyecto en brindar aportes tecnológicos para la mejora de la calidad de los alimentos y la sostenibilidad de los sectores agroalimentario y agroindustrial. Asimismo, incluyeron otras cadenas productivas relacionadas -agroquímicos y productos veterinarios- o de importancia económica y social -fármacos- cuya componente de calidad es altamente prioritaria en la producción actual de bienes en Argentina.
El director del proyecto y del PRINARC, Horacio Beldoménico, explicó: “Vamos a asistir a diversos grupos de industrias: leche miel, frutihortícolas, agroquímicos, entre otros. Nuestra actividad tiene una carga químico-analítica especializada, enfocada principalmente en el estudio de residuos y contaminantes químicos que están en muy pequeña proporción en los alimentos y en el ambiente”.
En las últimas décadas, se ha evidenciado una problemática que ha mantenido activa la atención de la ciencia: estudiar los efectos colaterales de la actividad industrial y el agro vinculada a la producción de alimentos, materias primas y productos manufacturados. Para Beldoménico: “Una de las características que tiene esta problemática es que se requieren capacidades técnicas especiales para estudiarlas. Se han producido grandes innovaciones en este campo. Contrariamente a lo que ocurría en el pasado reciente, hoy se pueden generar conocimientos en cantidad y calidad inéditos, que permiten evaluar y prevenir los efectos que esas sustancias provocan en la salud pública y en el ambiente.”
Actualmente, ambos grupos de investigación, prestan servicios de asistencia técnica, asesoría industrial y consultoría; servicios técnicos especializados; y de capacitación y entrenamiento. Con el eje en las nuevas demandas y con el financiamiento obtenido, se podrán optimizar los servicios existentes e incorporar nuevos. En palabras de Sigrist: “Se trata de un proyecto de fortalecimiento de todas las capacidades de ofrecer servicios tecnológicos a la industria agroalimentaria y agroindustrial en cuanto a análisis químicos y microbiología. Algunos de estos servicios ya se están ofreciendo, pero ahora se van a poder ofrecer con mayor rigurosidad y calidad, y otros van a ser nuevos”.
Calidad e Inocuidad
El estudio microbiológico moderno requiere condiciones de seguridad, ambientación y equipamiento específico, junto con pautas de aseguramiento de la calidad de acuerdo a exigentes normativas internacionales.
En términos generales las demandas a satisfacer por el proyecto, respecto a calidad e inocuidad, se focalizan en promover el agregado de valor a los productos, mediante un mejor conocimiento de las características microbiológicas y químicas, que inciden en las propiedades nutricionales u organolépticas, o la inocuidad. También en asistir a la mejora de procesos que influyen en estas características, el desarrollo de nuevos productos y en aportar soluciones sobre aspectos ambientales de las empresas.
Desde la visión de Beldoménico: “Muchos alimentos argentinos se han extendido en el mundo diferenciados por el valor de su inocuidad, aspecto naturalmente favorecido por las condiciones de producción del país, tal es el caso de la miel, la leche y otros productos líderes de argentina. En este sentido creemos que las autoridades de ciencia y tecnología han reforzado la idea de darle a nuestra Universidad la posibilidad de mejorar su capacidad analítica y de microbiología para que pueda, cada vez con mayor calidad técnica, asistir a la producción en su tarea de elevar la calidad, la inocuidad, agregando valor y ganando competitividad internacional de sus productos”.
Con miras a la exportación
Como resultado de las oportunidades de crecimiento que representa la alta demanda de alimentos a nivel mundial, los sectores agroalimentario y agroindustrial requieren de servicios tecnológicos de mayor calidad y especialización. Otros sectores, como agroquímicos y fármacos, también acompañan estas demandas por su expansivo desarrollo tanto en el mercado interno como de exportación.
La docente-investigadora del PRINARC, Mirna Sigrist, expresó: “Se viene trabajando con muchas empresas del sector agroindustrial. La intención es poder aumentar la cartera de empresas que se van a ver beneficiadas con este nuevo proyecto. Lo principal es apuntalar la capacidad de exportación, hay rubros regionales que presentan gran potencialidad, y satisfacer los protocolos de calidad requeridos internacionalmente plantea verdaderos desafíos, especialmente a los emprendimientos PyMEs que contarán con una especial atención en este proyecto.”
En esta coyuntura, y con las potencialidades de una región agropecuaria y agroindustrial de excelencia, la concreción de una estructura para la prestación de servicios técnicos de alta gama, se torna una necesidad impostergable. Un punto concreto que grafica esta situación es el que describe Mirna Sigrist: “En el caso del arroz, por estar en contacto con el agua, potencialmente puede contener arsénico. Pero no todas las formas químicas de este elemento tienen la misma toxicidad y hay algunas legislaciones como la China, que es un enorme productor de arroz, que ya empezó a pedir que el arsénico sea caracterizado no como arsénico total sino diferenciado en sus especies. Esto a la hora de exportar tiene un gran peso, porque si algún día exportamos a China nos van a estar demandando estos niveles. Cada vez hay más exigencia y hay que ir acompañando esos cambios”.
Beldoménico agregó: “En el caso de los contenidos de residuos de plaguicidas y micotoxinas se imponen estudios abarcativos de gran cantidad de compuestos -varias centenas- con muy bajos niveles de detección y elevada selectividad solo accesibles desde hace muy pocos años por los avances científicos producidos en este campo.”
Sobre los grupos de investigación
El Laboratorio de Microbiología y el PRINARC de la Facultad de Ingeniería Química de la UNL realizan actividades de investigación científica, docencia y transferencia de servicios tecnológicos. Actualmente, participan de proyectos de investigación y cooperación nacionales e internacionales; dictan 6 asignaturas de grado y 2 de posgrado en los temas de microbiología, residuos y contaminantes químicos en alimentos, ambiente e industria; y realizan una importante actividad de transferencia al sector productivo.
El director del proyecto sostuvo: “El grupo del PRINARC y el de Microbiología tienen una buena historia de proyectos conjuntos. A través de estos años hemos ido perfeccionando los recursos humanos, sumando estructuras y equipos, todo con el móvil de servicio a la sociedad. Hemos creado en diciembre de 2012 una estructura nueva como el PRINARC, que antes era el Laboratorio Central de Servicios Analíticos. Esta nueva estructura nos permite estar mucho más comprometidos con la investigación y la búsqueda de nuevos recursos sin descuidar la cantidad ni la calidad de los servicios que realizamos”.
Por su parte, la investigadora del PRINARC manifestó: “No se trata solo de lograr un financiamiento sino que es un reconocimiento a muchos años de trabajo y estudio en este área específica, y de estar brindando servicios especializados y de mayor complejidad desde la Universidad a las empresas de la región. Se trata de un reconocimiento y un incentivo para seguir trabajando. El área de analítica en la que trabajamos tiene esa particularidad: somos dependientes de los grandes avances en instrumentación y estructuras de laboratorio. Necesitamos de buen equipamiento para poder trabajar más e intercambiar información usando el mismo “idioma” que los países que compran o compiten con nuestros productos”.
Prensa FIQ