En 2008, un grupo de investigadores del Instituto de Lactología Industrial de la Facultad de Ingeniería Química (INLAIN, UNL-CONICET), integrado por los Dres. Jorge Reinheimer, Maria Florencia Zacarias, Patricia Burns, Ana Binetti y Gabriel Vinderola, aisló una cepa del género Bifidobacterium de leche materna. Dicha cepa ha sido estudiada en los últimos 10 años desde el punto de vista tecnológico con la colaboración de la Dra. Roxana Páez, del INTA-Rafaela, y del Dr. Ulrich Kulozik, de la Universidad Técnica de Munich (Alemania); y desde el punto de vista de su capacidad probiótica en colaboración con el Dr. Jacques Nicolí de la Universidad Federal de Minas Gerais (Brasil) y la Dra. Corinne Grangette del Instituto Pasteur de Lille (Francia), donde se observó la capacidad antiinflamatioria a nivel intestinal de este microorganismo.
A través de la gestión de las unidades de vinculación tecnológica del CONICET y la UNL, esta cepa fue cedida en préstamo, mediante un acuerdo de transferencia de material biológico, a una empresa del grupo francés PiLeJe, la cual la estudiará durante un año para determinar su potencial para desarrollar un suplemento alimenticio probiótico.
De esta forma, los investigadores del INLAIN esperan poder recorrer de forma completa el camino que va del aislamiento a la aplicación industrial de microorganismos que pueden tener un impacto positivo en la salud o en procesos tecnológicos, fruto de la tarea coordinada de investigadores locales con colegas del exterior, del apoyo a la investigación con fondos públicos, del financiamiento a través de servicios a terceros y de la relación con el sector productivo a través de las unidades de vinculación tecnológica.
Cabe señalar que los probióticos han sido definidos por la Organización Mundial de la Salud y el Código Alimentario Argentino como microorganismos benéficos para la salud cuando son consumidos de forma frecuente y en cantidades suficientes.
Propiedades estudiadas
El Dr. Gabriel Vinderola recordó que “diez años atrás se descubrió que las bacterias benéficas son transferidas a través de la leche materna, que tiene una gran cantidad de microorganismos, la mayoría poco conocidos o poco cultivables, es decir que no se pueden hacer crecer en el laboratorio: sabemos que están pero no se pueden utilizar para agregar a un suplemento o alimento, por ejemplo. No obstante, "hay otros probióticos potencialmente industrializables que se podrían sacar de la leche materna y cultivarlos y producirlos en cantidad para consumo humano, ya que nuestra dieta por lo general es pobre en mciroorganismos benéficos vivos”.
“A través de diversos estudios que arrancaron con una tesina y concluyeron en una tesis de Doctorado, logramos identificar el género y la especie de una serie de bacterias de leche materna que nos permitiría conocer si son seguras y potencialmente probióticas y, entre ellas, se identificó una bifidobacteria que pertenece a una especie de alta robustez tecnológica, es decir que se puede cultivar en laboratorio.
En el marco de estas investigaciones, Patricia Burns viajó en tres ocasiones al Instituto Pasteur en Francia a través de una colaboración internacional y pudo estudiar las bacterias aisladas en un modelo de ratón. El trabajo se publicó en la revista Scientific Reports, del grupo Nature, y llamó la atención del grupo de empresas PiLeJe, quienes se contactaron con la Dra. Corinne Grangette. Esto habla de la importancia de la colaboración científica internacional y publicar en ese tipo de revistas nos da mayor credibilidad”, explicó Vinderola.
Lo que siguió fue el pedido a préstamo de la cepa al INLAIN por parte del grupo francés PiLeJe para estudiarla desde el punto de vista industrial. Las gestiones previas a la firma del acuerdo se extendieron a lo largo de dos años “porque el consentimiento informado de la persona que dio la muestra de leche materna tuvo que pasar por el Comité de Ética de la Provincia -el cual no existía cuando la cepa fue aislada- y, finalmente, debimos conseguir el permiso del Senasa para el envío de la cepa al exterior. Desde el mes pasado el grupo de empresas tiene la cepa y será estudiada durante un año. Nuestra idea es transferírsela pero reservarnos el derecho a explotarla en Argentina y el Cono Sur porque queremos seguir trabajándola para apropiación social”, detalló Gabriel Vinderola.
Respecto a la cepa en estudio, el director del INLAIN, Dr. Jorge Reinhermer, dijo: “hay que ver si funciona, si la industria puede manejarla y tolerar el estrés tecnológico”. Finalmente, hizo hincapié en el fortalecimiento de lazos con grupos de estudio del exterior. “Generamos vínculos muy estrechos, es un ida y vuelta constante y desde el exterior se ve al instituto como un centro de investigación importante”, destacó.
Prensa FIQ | UNL