En el mes de octubre, la ONG JCI (Cámara Junior Internacional)  con sede en la ciudad de  Rosario, celebró la decimoséptima edición del Programa TOYP Santa Fe, dentro del cual se otorga el Premio a los “Diez jóvenes sobresalientes de la Provincia de Santa Fe 2018”. La distinción, declarada de interés Municipal y Provincial, tuvo su ceremonia en el Monumento Histórico Nacional a la Bandera, escenario en el cual se dieron a conocer las historias de los diez ganadores de esta edición. En este marco, el  Dr. Gustavo Mendow fue distinguido con el premio JCI TOYP Santa Fe 2018 en la categoríaDesarrollo científico y tecnológico”, en base a su actividad de investigación sobre potabilización de agua y producción de biodiesel. Mendow es docente de la Facultad de Ingeniería Química de la Universidad Nacional del Litoral, Ingeniero Químico y Doctor en Ingeniería Química graduado de la Casa. Actualmente, también se desempeña como investigador en el Instituto de Investigaciones en Catálisis y Petroquímica (UNL-Conicet), y  se especializa en la producción de biodiesel  y en catálisis heterogénea en procesos de purificación de aguas contaminadas con nitratos o arsénico.
Cabe mencionar que el Programa TOYP consiste en ofrecer reconocimiento a diez personas de entre 18 y 40 años de edad, que sean ejemplo de los mejores atributos de los jóvenes de la provincia y brinden servicio a la humanidad de diversas maneras. El objetivo –manifestado por la JCI- es estimular y reconocer el desarrollo de actividades que hacen posible el crecimiento y fortalecimiento de la sociedad, alentando a los jóvenes a continuar canalizando sus ideas, esfuerzos y energías en pro del bienestar del país y del mundo.
 

Potabilización de agua y producción de biodiesel

Mendow dirigió e integró proyectos vinculados a dar soluciones a problemas sociales así como también proyectos de índole científico-tecnológicos, los cuales fueron parte de su postulación para esta distinción. Estos tres proyectos fueron los que le permitieron ser premiado en esta instancia y, de acuerdo a sus palabras, los que él considera que son “los casos de éxito de su carrera”.
La primera iniciativa, “fue analizar muestras de aguas de familiares y amigos que viven en la Comuna de Arroyo de Leyes. Allí detectamos que existían aguas contaminadas con nitratos. A partir de ahí, surge la idea de realizar un Proyecto de Extensión de Interés Social (PEIS), cuyo objetivo era informar a los vecinos sobre la calidad del agua que estaban consumiendo y realizar una campaña de prevención”, explicó. Las actividades realizadas, según Mendow, “permitieron analizar aproximadamente unas cien muestras de agua, de las cuales el 33% daban resultados de contaminación”. Con el informe técnico y la colaboración de la Comuna, se trabajó conjuntamente con los vecinos fundamentalmente para concientizar sobre los riesgos de ingesta de aguas no aptas para consumo.

Dado que este proyecto fue muy bueno para el equipo de investigación porque les permitió interactuar con la gente, salir del ámbito científico y realizar un proyecto de interés social, decidieron realizar otro proyecto con una problemática más grave, compleja y masiva, como lo es el agua contaminada con arsénico. Para ello, explicó el investigador, “realizamos un proyecto CAI+D Orientado a problemas sociales y productivos, que se realizó en la Comuna de Progreso, junto al Ministerio de Aguas, Servicios Públicos y Medioambiente de la provincia de Santa Fe (hoy bajo otra denominación) y la Cooperativa de Agua de esta localidad. Partimos del dato que el agua potable de la red domiciliaria estaba contamina con arsénico, información conocida por todos los vecinos”. A partir de esta iniciativa surgió la idea de realización de un filtro domiciliario, de muy bajo costo, que pueden adquirir las familias y utilizar en sus casas para poder consumir el agua que llega por red.  Si bien es un proyecto más ambicioso –explicó- el mismo ingresó al Banco de proyectos de Desarrollo Tecnológico y Social del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva (hoy Secretaría), con lo cual reviste de interés nacional. “Continuamos trabajando y diseñamos un dispenser domiciliario muy económico, para que sea más accesible que los comerciales. Hicimos pruebas de agua de la Comuna en laboratorio, pero aún nos queda hacer las pruebas en la localidad como cierre del proyecto”, sostuvo.

El tercer trabajo es netamente tecnológico y refiere al desarrollo de un proceso para mejorar la calidad de biodiesel y ahorrar catalizador en el proceso productivo. Si bien este proyecto no está directamente vinculado a los dos anteriores, la particularidad –en palabras de Mendow- “fue que se desarrolló un proceso que es realmente muy bueno y que fue patentado a nivel nacional e internacionalmente (Colombia, Brasil). Quizás, lo más importante de este proyecto es que se transfirió a una planta. Hoy, una de las plantas más grandes de producción de biodiesel de Argentina, utiliza el proceso que nosotros desarrollamos”. Actualmente, el equipo de investigación se encuentra en plena negociación para poder transferirlo a una empresa colombiana.

 


Prensa FIQ | UNL