En marzo, las estructuras y el funcionamiento tradicional de la Universidad Pública, tuvieron que adaptarse rápidamente y dar respuestas a calendarios académicos, modalidad de clases, exámenes, y hasta defensas de tesis y trabajos finales.

Para muchos estudiantes de la Facultad de Ingeniería Química de la Universidad Nacional del Litoral (FIQ-UNL), el Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio por COVID-19 implicaba abandonar las esperanzas de graduarse, lo cual se agravaba aún más para aquellos que residen actualmente en tierras extranjeras.

Las puertas de los edificios de FIQ se cerraron y con ellas toda posibilidad de actividad presencial. Pero, a cambio, se abrieron las puertas de la virtualidad y un universo de infinitas oportunidades, sumado al trabajo contrarreloj de docentes, no docentes y equipo de gestión que posibilitó –entre muchas otras cosas- que estudiantes de diferentes carreras puedan obtener sus títulos.

Este es el caso de Martín Centurión quien rindió el examen de Proyecto Final el 7 de julio desde Madrid, obteniendo el título de Ingeniero Químico.

Graduarse en Argentina, trabajar en España

Martín tiene 30 años, es santafesino y desde la secundaria lo entretenían las Matemáticas y la Química. Al momento de decidir qué carrera seguir, se decidió por Ingeniería Química y no se arrepentió. “Sin dudas que el nivel de formación que nos proporciona la FIQ nos permite afrontar cualquier situación que se nos ponga en el camino, me tocó vivir diferentes situaciones, tal vez no relacionadas con la ingeniería, pero creo que esa capacidad resolutiva para cualquier tipo de problema es en gran parte a la formación recibida”.

Desde hace casi un año, vive en Madrid y trabaja para la empresa Vorkauf S.A. como técnico comercial. Está encargado del Departamento siderometalúrgico representando a marcas alemanas y estadounidenses, vendiendo equipos mecánicos para la industria aeroespacial, automatización industrial y metalúrgica. “Estoy desempeñando tareas más adecuadas para un Ingeniero Mecánico, pero los conocimientos adquiridos no me impidieron poder desarrollarme rápidamente en este rubro. Básicamente somos el contacto entre las empresas y los fabricantes que representamos, realizo visitas técnicas, preparo presupuestos, brindo soporte, campañas de marketing, entre otras actividades”.

Con más incertidumbres que certezas, en 2019 Martín se postuló a una convocatoria en la que había cupo para bisnietos de españoles, donde otorgaban una visa de búsqueda de trabajo para 1500 argentinos, a través de la cual les concedían 3 meses para conseguir un trabajo y, una vez obtenido, le otorgaban la residencia por un año, y luego, la posibilidad de aplicar a la nacionalidad. Una vez en España, tuvo que sortear varios obstáculos hasta que finalmente pudo conseguir la residencia.

Modalidad virtual: una oportunidad en medio de la pandemia

Martín, como muchos otros estudiantes, convivió los últimos meses con la incertidumbre de no saber qué hacer con la finalización de sus estudios. “La verdad que a pesar de lo trágico de la pandemia, creo que pude rescatar algo bueno de todo esto ya que la posibilidad de poder recibirme de manera virtual desde España me solucionó un montón de inconvenientes. Tenía pensado volver a la Argentina a recibirme, pedir días en el trabajo, pero hubiera sido sumamente complicado, así que estoy más que contento por la posibilidad brindada”.

En sus tiempo libres, estudiaba con el objetivo puesto en regresar a su país natal a rendir en los meses de julio y agosto. Pero cuando tuvo la confirmación desde la Facultad de que tenía la oportunidad de rendir a distancia, “comencé a estudiar por zoom con dos amigos que me dio la FIQ, que se recibieron también en estas fechas. Cada día, uno de nosotros exponía un tema y lo íbamos conversando, de esta manera se hacía todo mucho más fluido. Solía volver del trabajo, juntar los apuntes e irme al parque del retiro a preparar el examen, esa era la parte más linda”, relata a modo de anécdota el reciente graduado.

Por otro lado, es importante remarcar el apoyo que obtuvo de los docentes para poder lograr su meta. “Tengo que agradecer a los profesores de la cátedra de proyecto que siempre estuvieron a disposición, sobre todo a José Medina. En este aspecto para mí fue un poco agotador ya que llegaba de trabajar a las 18 hs, estudiaba, y debido al cambio horario a las 23hs estaba entrando a las consultas y terminaba el día alrededor de la 1AM”.

Martín se encuentra también realizando un MBA y un Máster en Big Data y Business Intelligence, ya que busca dedicarse a ese rubro. “Si bien no tiene mucho que ver con la Química, la FIQ nos te da esa formación que te permite asimilar contenidos de manera sencilla”.

 

 

Prensa FIQ | UNL