Recientemente, la Comisión Nacional de Alimentos (CONAL) y la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) convocaron a Gabriel Vinderola, docente de la Facultad de Ingeniería Química de la Universidad Nacional del Litoral e investigador de Conicet, para integrar un grupo de trabajo que va a asesorar el proceso de reglamentación del kéfir de agua. El objetivo es fijar criterios microbiológicos y fisicoquímicos y, de incorporarse éstos al Código Alimentario Argentino (CAA), prestar los servicios requeridos por las empresas para aplicarlos desde el Instituto de Lactología Industrial (INLAIN, UNL-Conicet) donde Vinderola es investigador.
La presentación de la carpeta que exige la CONAL para comenzar a regular este alimento fermentado fue presentada en marzo de 2020 pero, por la pandemia, el interés se retomó ahora: “Me convocaron a dos reuniones para explicarles un poco más que es el kéfir de agua desde el punto de vista de la ciencia, qu cosas se le tendrían que medir para poder caracterizarlo, para que tenga una identidad, y hacerlo posible para que los productores también puedan medirlo”, aclaró Gabriel.
De esta manera llegaron al acuerdo para que la CONAL analice, en principio 12, muestras de kéfir de agua de pequeños y medianos productores artesanales de diferentes provincias argentinas, bajo el asesoramiento del grupo de investigación de Vinderola en conjunto con el grupo de investigación de la Dra. Analía Abraham, del Centro de Investigación y Desarrollo en Criotecnología (CIDCA, Conicet-UNLP-CIC, La Plata), involucrando así dos instituciones públicas. “Estas determinaciones se van a hacer a partir de diciembre y el año que viene esperamos tener una foto de qué tienen los kéfires de agua en Argentina, sobre todo, el contenido de alcohol, para en el futuro clasificar a esta bebida como analcohólica (menos del 0,5% de alcohol) o de bajo contenido alcohólico (más del 0,5% y menos del 4%) y de esta forma poder informar a consumidores como embarazadas y lactantes, donde no se recomienda el consumo de alcohol”, sostuvo Vinderola.
De esta manera, el objetivo es acompañar a la CONAL hasta lograr el artículo, en el Código Alimentario Argentino que reglamente al kéfir de agua y, a partir de esto, también se logrará que crezca el mercado permitiendo a los productores desarrollarse en un marco legal. En lo personal, Gabriel Vinderola destacó que “Es una satisfacción enorme este trabajo porque es como una actividad de extensión universitaria, es un poco devolver a la comunidad toda la inversión en ciencia que se hace. Además, sigue posicionando a la FIQ como un actor en la toma de decisiones de alimentos y se sigue actuando en la vinculación con instituciones públicas y con empresas privadas a futuro”.
Sobre el Kéfir de agua
Su traducción al español es bendición de agua (del turco: kérfir) y de ahí deviene el boom de esta nueva tendencia sobre su consumo asociada a un alimento saludable. “Es una bebida fermentada que se viene consumiendo de forma artesanal en Argentina y a la cual se le atribuyen potenciales efectos benéficos sobre la salud. Es una bebida fermentada que aporta bacterias lácticas y levaduras vivas al intestino con una serie de beneficios para la digestión y la inmunidad intestinal, pero que el Código Alimentario Argentino no lo tiene contemplado o habilitado y es necesario regular”, aclaró Vinderola.
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