El pasado 8 de noviembre, la Academia Nacional de Ingeniería, informó a Diego Cafaro, Ingeniero Industrial y docente de la Facultad de Ingeniería Química de la Universidad Nacional del Litoral (FIQ-UNL), la obtención del premio “Ing. Antonio Marín” 2022. Este premio se otorga anualmente y fue creado para recordar al primer Presidente de la Academia. En el caso de Cafaro, se debió a “Sus elevados méritos, así como a su destacada trayectoria de alto valor profesional con una carrera de fuerte impacto internacional y centrada en temas de alto contenido social y efecto económico para el país”, según informaron desde la Academia.

En relación a este reconocimiento, Cafaro destacó que: “Es muy significativo que sea la Academia Nacional de Ingeniería quien me lo otorgue”. Además, sostuvo que: “La palabra ingeniería tiene una connotación fuertísima en mi vida y en mi carrera profesional. Me propuse nunca dejar de ser un ingeniero, está en mis genes”.

En cuanto a su profesión, sostuvo una línea de ejecución: “Pensar los problemas con rigor científico, pero siempre a partir de necesidades concretas”. A partir de allí, insistió en “Acercarme a la industria y tomarme el tiempo de escuchar para entender sus problemas, desde lo cotidiano a lo más complejo, y explicarles con vocación docente y mucha humildad cómo se puede encontrarles solución”.

La distinción le será otorgada en una Sesión Pública Extraordinaria el año próximo. Allí, realizará una exposición sobre un tema de su especialidad.

Sobre el premio

Cada año, entre otros galardones, la Academia entrega el premio “Ing. Antonio Marín”. Este tiene por objeto servir de estímulo a un joven ingeniero argentino por nacimiento o adopción, con domicilio permanente en el país y egresado de una universidad argentina con título reconocido por el Estado. Se entrega desde el año 2000 y es en memoria del primer Presidente de la Academia Nacional de Ingeniería.

Teniendo en cuenta esto, Cafaro dijo que “Pienso que los temas a los que nos hemos dedicado, sobre todo en los últimos años, y el impacto científico de nuestros aportes fueron muy importantes. Pensar en el futuro de la energía, la necesidad de hacer una transición sostenida hacia energías más limpias, volviendo más eficientes sus procesos, siempre con la premisa de hacer que  todos y todas puedan acceder a un bien tan preciado como vital”.  Además, aseguró que “El grupo de investigación que me acompaña es clave en este camino”.

Cabe mencionar que Diego Cafaro se recibió de técnico mecánico-eléctrico en la Escuela Industrial Superior de la UNL y, más tarde de Ingeniero Industrial en la Facultad de Ingeniería Química de la Universidad Nacional del Litoral (FIQ-UNL). Tras terminar su carrera de grado, realizó un doctorado en tecnología química en la misma casa de estudios y un pos-doctorado en Estados Unidos.

Hoy se desempeña como docente e investigador. En relación a sus trabajos, Cafaro contó que “Comenzamos acompañando a YPF e YPF Tecnología (YTEC) en el desarrollo de Vaca Muerta, optimizando la producción de gas natural en el camino al autoabastecimiento energético. Luego nos propusimos estudiar diseños de procesos de tratamiento de residuos con recuperación energética, nos involucramos en la optimización de las operaciones a lo largo de la cadena de suministros global de hidrógeno verde (cadena aún en desarrollo, pero en la cual Argentina podría jugar un rol importante), y últimamente comenzamos a pensar el problema de diseño de parques eólicos para maximizar el aprovechamiento de los vientos”.    

Transmitir el entusiasmo 

“Le debo muchísimo a la Universidad Nacional del Litoral y a cada una de sus instituciones. No sólo a la FIQ, también el INTEC, donde hacemos nuestro trabajo científico, y a la Escuela Industrial, un hito clave en mi vida”, comenzó destacando Diego. En ese sentido, destacó que “Las autoridades de la Facultad me habían pedido una síntesis de mis antecedentes para impulsar mi postulación. Lo hice con mucho entusiasmo y cariño. Su confianza fue fundamental”. Previo a estos pasos, el jurado de la Academia Nacional de Ingeniería lo había elegido como el ganador del premio Antonio Marin en su edición 2022: “Me llenó de orgullo”.

De ahora en adelante, en relación a la Facultad y siempre con la contención de la familia, explicó que el desafío está en “Transmitir a mis alumnos y alumnas, becarios y becarias, entusiasmo y optimismo. Pasión por lo que hacemos y convicción de que somos capaces de transformar la realidad”.

 

Prensa FIQ | UNL