La Reforma Universitaria de 1918 influyó decisivamente en la adopción de formas de gobierno democráticas, participativas, colegiadas y pluralistas en las instituciones de educación superior. La capacidad de gobernarse a sí misma y de elegir sus propias autoridades es, desde entonces, un sello distintivo de la UNL y de sus unidades académicas. En este marco, el gobierno de la Facultad es ejercido por el Decano y el Consejo Directivo.